Nuestro enlace
Voy a cerrar mis ojos vidriosos
para alejarme de esta absurda realidad,
aunque sean ya mis recuerdos borrosos
en absoluta contra de mi voluntad.
No pienses que es que te he olvidado.
¡No! Por favor, ¡ni se te ocurra!
Es una consecuencia, un resultado,
de ese largo proceso que le llaman cura.
No sé cuánto falta para llegar a ese punto,
ni quiero descubrirlo para cuando pase.
Voy recordar algunos momentos juntos
y de lo maravilloso de nuestro enlace.
Pero lo haré en mi soledad,
esa en la que me acompañas tú,
que me alejas de toda oscuridad
iluminándome con tu radiante luz.
Tú... mi única paz, mi consuelo, mi calma;
te veo en mis sueños y en mis desvelos,
te siento en mis adentros, en mi alma.
Bendita nostalgia de saberte en el cielo.
Ya yo me enteré
No me preguntes lo que ya sabes,
yo te prometo hacer lo mismo,
pero si tú te comes mi casabe
me cocinas una sopa el domingo.
Puedes ir a donde quieras como quieras,
yo te escribiré para darte mi ubicación,
pero si te pones mi remera
entonces te compraré un camisón.
Sí me dejas reunirme con mis amigos
cuenta de antemano con tu invitación.
Prometo hablarte como "Gringo"
si me cantas como Mariah "la canción".
Cuando tú quieras, yo quiero,
y si tú quieres, queremos los dos.
¡Tranquila! No hay desespero.
Mi paciencia la controla Dios.
Te lo dije al principio del poema
y te lo recuerdo otra vez
"no me preguntes", no vale la pena,
que hace rato ya yo me enteré.
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