12/25/2018

Nuevas publicaciones 25/12/2018 (I) “Incauto” y (II) “Falsos profetas”


(I)


“Incauto”


Ignorante de la malicia de algunas milicias,
fiel creyente en Dios, la Virgen, Ángeles y Santos,
anhelo tener el poder para castigar las injusticias
que cometen a merced unos pocos contra muchos cuantos.

Pecar a veces por inocente
es una carga nada ligera a cuestas
en este mundo plagado de indolentes
que el tomar ventaja nada les cuesta.

Más allá de la inocencia
está el recto proceder,
el actuar con plena conciencia
por lo que me pueda suceder.

Y no voy a hacerme el mártir por esto
porque vaya que me he equivocado
pensando que hacía lo correcto
cuando estaba mucho más que errado.

Pero de tales errores quedan experiencias
equivocaciones que deseo no cometer,
caer en el craso error de la recurrencia
o hasta de volver hacerlo peor que ayer.

Porque resulta muy triste
que te juzgue alguien que te admira
que cuando varios peldaños subiste
te vio como buen ejemplo para su vida. 

Por eso he andar con cuidado
midiendo cada uno de mis pasos,
mirando atrás, al frente y a los lados
para huirle a futuros fracasos.

Y si he de ser sorprendido en el acto
de no saber lo que pasa,
me declararé el incauto 
más insigne de mi raza.




(II)


“Falsos profetas”


Sugerencias de todos vienen y van
como ráfagas de viento en la tarde,
pocas las de reales que son y están
sin hacer ningún tipo de alarde.

Es una lotería a fin de cuentas,
acertar a la opción adecuada
de una sola entre cincuenta,
el premio gordo en la jugada.

Entre los gustos y colores
tengo certeza de que habrá juicios
con doble intención de los actores
que criticarán para tu perjuicio.

Lo bueno es que al final
todos tenemos “rabo de paja”,
ninguno podrá evitar
que por las costuras se vea la raja.

Y lo de “poner las barbas en remojo”
también deberíamos recordar,
así como “el ojo por ojo”
de quien se ocupa en perjudicar.

Recuerden que arriba está Dios,
él todo lo sabe, él todo lo ve,
demos al prójimo nuestro amor
y obremos con la mayor sensatez.

Preocúpese por lo que sí le importa,
en asuntos ajenos no se entrometa
no le pique quesillo, gelatina ni torta
a cualquiera de los falsos profetas.



12/18/2018

Nuevas publicaciones 18/12/2018 (I) “El puente” y (II) “Robado beso”


(I)


El puente


Una tras otra, sin parar caían
las rocas desde el imponente cerro.
Desde lejos todos veían
y yo de cerca confinado en mi encierro.

Ahí estaba, no quería moverme,
sentía que era el lugar correcto
desde el día que elegí esconderme
para no exponer otra vez mis sentimientos.

Sabía de la desgracia, sí lo sabía,
pero no por eso arriesgaría la paz
que había alcanzado en mi porfía
de dejar todo lo que era mío atrás.

Me liberé de los vicios, de los apegos,
de los ególatras, de gente interesada,
de los excesos, de los pendejos,
de todo lo que algo bueno no aportaba.

Ellos eran más y tenían el puente cerca
para venir a mí cuando les saliera en gana,
pero como la gente es terca
siempre deja lo de hoy para mañana.

Estaré quieto en el retiro,
como el ermitaño que decidí ser
desde el último suspiro
que diste por mí... mujer.




(II)


Robado beso


Voy a escribirte lo que siento
sin palabras de más y sin eufemismos,
te expresaré todo, por completo.
No es igual, pero sentirás lo mismo.

No es sorpresa que leas en mi poesía
muestras de afecto, cariño, deseo o amor,
solo que esta vez mi musa tú serías
y con una muy valedera razón.

Es la misma que me diste al inicio,
esa que acepté sin criticar tu proceder,
la que me acercó siempre al precipicio
sin poder, hasta ahora, retroceder.

Ya no te aprecio.
Ya no te quiero.
Ya no te deseo.
Ya no te amo.

Me reservo el boleto de regreso
al lugar del que nunca debí partir
cuando volé lejos con ese robado beso
que será perpetuo en mi etéreo existir.

Antes de mi final te doy las gracias...
infinitas gracias por nada,
por darme la bala para mi tiro de gracia
y por el filoso facón para tu puñalada.



12/10/2018

Nuevas publicaciones 11/12/2018 (I) “Selección simple” y (II) “Longevos”


(I)


Selección simple


No era el cielo, pero vi las nubes.
No era la playa, pero me supo a sal.
No era de arena, pero tampoco de cal.
No era conocida, pero sé que ahí estuve.

Un tiempo, un espacio, una persona.
Mejor no pude ubicarme
y al momento justo sentarme
antes de caer en la lona.

Que me hizo daño, es cierto.
Que logré reponerme, también.
Que mis latidos fueron de cero a cien
cuando ya me daban por muerto.

Y así fue una y otra y otra vez.
Aquel giro de trescientos sesenta grados.
Daba siempre por sentado
que me tendría de vuelta a sus pies.

La certeza, lo seguro, la confianza,
la convicción, lo garantizado, lo fijo,
así siempre lo dijo
de mí, una condena sin derecho a fianza.

Se sabía el final.
No había que esperar otro desenlace.
Bien acertada la frase
de que «al que hace mal, le va mal».




(II)


Longevos


Quién iba a pensar que escribiría
nuestra declaración de longevidad.
Tarde o temprano el tiempo pasaría
su factura sin fecha de caducidad.

Más kilos de peso y arrugas en la cara,
más celulitis y pliegues en el cuerpo,
antes que salir mejor quedarse en casa 
con tantas quejas y achaques de viejo.

La necesidad de ser tomado en cuenta,
de que eres útil para alguien o algo,
que ya no son veinte ni tampoco treinta
suficientes para que te den un halago.

Hasta que el bendito espejo no te mienta
ni te parezca cruel por ser tan sincero
y veas que la cirugía estética te sienta
justo como anillo al dedo.

Siempre cuidando no rayar en los excesos
porque todavía conservas lo tuyo,
cuando lograbas cautivar con tus besos
no en la flor de tu juventud sino capullo.

Y es tal el amor que nos tenemos, ¡sí!
que nuestras apariencias resultan vanas,
que no va a importarnos así
luzcamos yo calvo y tú con canas.




12/04/2018

Nuevas publicaciones 04/12/2018 (I) “Vinimos” y (II) “Micros horarios”


(I)


Vinimos


Todo a su tiempo como una teoría
y nosotros con ánimos de romperla
con esquemas sencillos y sintonía,
sin buscar en el fondo del mar las perlas.

Naturales, modestos y sin altanerías,
tan simples como la desnudez corporal,
fuimos consecuentes todos los días
con las ganas de ir siempre más allá.

Probamos todo lo conocido,
cruzamos los límites personales,
no sin antes habernos permitido
descartar aquellas cosas banales.

Vimos nuestro reflejo en la distancia,
supimos que el fin habíamos alcanzado,
que valió el esfuerzo de la constancia
y de jamás vernos desesperanzados.

Ni en su esplendor la naturaleza
detuvo el desenlace de nuestros destinos.
—“Por favor, traiga dos cervezas
y la pizza especial que por eso vinimos”.




(II)


Micros horarios


Cumulus 

Voz meliflua me dibuja la paz al oído
con palabras suaves como el terciopelo
mientras veo feliz y un tanto abstraído
las nubes azucaradas en el cielo.

Cota cero

A lo ancho y largo de la playa
las olas se erigen una tras otra sin parar,
los barquitos de pescadores encallan
y solo yo con mi fuerza los puedo sacar.

De ahí no pasa

Resbalo,
una y otra vez sin querer,
pero si de algo en realidad me valgo
es dar por sentado que me levantaré.

Astro

Me verás siempre que tengas luz,
nunca me daré por vencida.
Estaré en cualquier lugar que estés tú
aunque para ti yo pase desapercibida.