(I)
De este lado
"Anda y ve..."
José José - Lo dudo
"—Ten"...
para mí diez y para ella entrega.
"—Dime"...
para ella habla y para mí moneda.
La distinción de su punto
comparado con mi vista,
a pesar de estar tan juntos
en distancias que equidistan.
Las palabras que ella usa
y las frases que yo uso,
los improperios que pronuncia
y mis insultos sin abuso.
Las apariencias conservadas
para no ahondar en los detalles,
las diferencias ignoradas
para que la relación no falle.
Con paciencia, tolerancia,
buena intención y empatía
superar el ego, la arrogancia,
la individualidad y la hipocresía.
El todo hecho partes
nunca más será lo mismo,
jamás va a ser como antes,
al menos ahora habrá optimismo.
Garantía de este lado
y ustedes serán testigos
de si la unión se ha sellado
o de si somos solo amigos.
(II)
Tu ausencia
"... si tú supieras
cuánto te extraño"
Franco De Vita - Y te pienso
Un simple descuido,
un desliz de mi atención,
giro hacia ella y no la miro,
causal de mi desesperación.
Entre tantos cuerpos sin forma
mi mirada angustiada ausculta,
buscarla se me hace la norma
mientras para mí siga oculta.
Intento colarme con agilidad
a pesar de a rastras ir andando,
respiro con dificultad,
lágrimas por mis ojos van bajando.
Las preguntas son en vano,
nadie la ha visto ni hablado,
siento congeladas las manos
y de miedo ya estoy temblando.
Nada voy a resolver estando así,
debo enfocarme, mantener la calma
la prioridad es recuperarla aquí
pedazo amado de mi alma.
El tiempo corre sin parar
y en cada segundo pierdo la vida,
se desvanece a la par
me resigno, ya la doy por perdida.
Mi devastado ser agotado
descansa en el sitio de la desgracia,
ojos inflamados ya cerrados
se abren por obra y gracia.
La melodía de un susurro suena
como coro de ángeles del cielo,
su mano se posa en mi pierna
y en mi piel se eriza cada vello.
Una sonrisa cegadora dibuja
con la ternura que la caracteriza,
mis manos toma, las estruja,
su cabello danza con la brisa.
Y yo giro, bailo lleno de alegría,
la abrazo tan fuerte como puedo:
—¡Queridísima, adorada niña mía
devolviste los latidos a mi cuerpo!
—No te pierdas así, no lo asustes,
que este corazón está muy usado,
que tu ausencia no le guste
debes darlo por sentado.
