(I)
Mi sombra
Entre tantos casos y cosas,
amargos, agridulces y sin sabores,
siempre estará una mujer hermosa
de infinitos gustos y variados colores.
Una doncella, una princesa, una reina,
una dama en toda su extensión,
no por lo virginal de su entrepierna
sino por la nobleza de su corazón.
Ahí donde germinan las buenas acciones,
donde nacen los buenos sentimientos,
donde se forjan las estables relaciones,
donde aflora la bondad que llevan dentro.
Un ser sir par,
con un dechado de virtudes,
que siempre sale airosa y logra triunfar
en las crisis y vicisitudes.
Por algo siempre estamos detrás de ella,
buscándola o tratando de darle alcance
e iremos tan alto como las estrellas
en la misma medida que ella avance.
Gracias divina mujer,
gracias mujer divina.
Dueña de mi alma, mi ser,
mi sombra contigo camina.
(II)
Todopoderoso
Mis más sinceras felicitaciones por tu acto.
¡Qué excelsa interpretación de tu papel!
pero no quisiera estar en tus zapatos
porque al que obra mal no le va bien.
Engaño tras engaño lograste
avanzar y pasar casi inadvertido,
hasta que tu verdadera cara mostraste
cuando lograste tu cometido.
Humillaciones, embarques, desplantes,
malos trato, vejaciones, discriminación,
injusticias, insultos, palabras cortantes,
menosprecio y por último la traición.
Creíste que saldrías campante,
victorioso, ileso y sonriente,
como ya lo habías hecho antes,
pero hoy no es la misma gente.
Te tocará vivir en carne propia
el producto de tus malas acciones,
recibirás una simple copia
de tus oscuras intenciones.
Entonces pedirás perdón,
no a mí, sino a ese en quien no crees,
a Dios santísimo padre, tu creador,
el que siempre todo lo puede.
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