(I)
Amén
«Sobre mis zapatos yo y sobre yo mi sombrero»
Cultura popular
Lo que tengo, quiero y necesito,
tres cosas completamente distintas
que debo aclarar en forma explícita
y así futuras confusiones me evito.
Tengo todo lo que he aprendido,
por las buenas como por las malas,
se dice fácil, en un inhala y exhala,
pero es más lo ganado que lo perdido.
Tengo muy buenos recuerdos
y otros que no son nada gratos,
la afición de escribir locuras a ratos
y el gusto de hablar con cuerdos.
Tengo ciertos bienes materiales,
que con mucho trabajo he obtenido
y otros que han sobrevenido
por herencia al fallecer mi madre.
También tengo, gracias a ella
y al mejor padre del mundo,
valores y principios fecundos
tan altos como las estrellas.
Ellos además me regalaron
un par de hermanos geniales,
como ellos no hay iguales,
en el mismo molde nos forjaron.
Entre eso y otros talentos ocultos,
existen en mi ser muchos deseos
que he pedido solo mirando al cielo
y a fin de año con la familia juntos.
Lo que anhelo no es solo para mí
sino también para los que quiero,
familiares y amigos, que espero
pueda siempre con ellos compartir.
Quiero buena salud física y mental,
quiero tener un empleo siempre,
quiero tener fortaleza y temple
para todos mis objetivos alcanzar.
Quiero tener una buena esposa,
poder formar un hogar con ella,
que para mí sea la mujer más bella
musa de mi poesía en verso y prosa.
Quiero ver felicidad y prosperidad
a mi alrededor en toda la gente
y estar siempre consciente
de que la mayor virtud es la bondad.
Para sentirme completamente lleno
he de necesitar unas herramientas,
unos medios, para lograr las metas
y sembrar mi semilla en el terreno.
Necesito enfoque, visualización,
tener la certeza del logro futuro,
proyectar mi luz y subir los muros
necesarios para mi ubicación.
Necesito leer más, aprender más,
escuchar primero antes de hablar,
ser honesto y humilde sin reparar
en pedir disculpas si lo hice mal.
Necesito ser comedido y cauto
a la hora de disponer y dar
pues quien se sabe administrar
no será devorado por sus gastos.
Y necesito de la bendición de Dios
y de la Santísima Virgen del Valle,
que iluminen mis pasos en la calle
y me protejan con su bendición.
(II)
Tu pelo
Me gusta tu risa nerviosa,
te delata, te expone, te evidencia;
mi ego en máxima potencia rebosa
y tu coraza abierta en coincidencia.
Saber que no lo he logrado
sino que he invertido bien el tiempo
en hacer que hayas aceptado
recibirme en tu sagrado templo.
Te regodeas en el zenit de atención
lo normal para una mujer como tú
que sabe hacer de toda ocasión
el mejor momento en su amplitud.
Detienes y aceleras los segundos,
los haces minutos, horas, días,
haces girar a tu alrededor el mundo
mientras el universo entero te mira.
Disfruto el "performance" en vivo,
sin dilación, espectador en directo,
me haces partícipe activo
y entro de lleno en el rol, completo.
Seguirte el juego, el ritmo, el paso,
es mi plan, mi tarea, mi deber,
no será la excepción en este caso
el actuar en correcto proceder.
Todo sea por complacerte,
expectativas superadas en vuelo
de ideas en tu cuerpo y mente
contemplando lo lacio de tu pelo.
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