(I)
Su mitad
Un ligero toque con su mano
del letargo lo despierta,
no la ve a su lado,
ha dejado la puerta abierta.
Frunce el ceño extrañado,
no ha caído todavía en cuenta,
¿es algo que ha soñado
o es una verdad muy cierta?
Se incorpora y repasa los hechos
sin atreverse a poner pie descalzo
en el frío piso opuesto al techo
que le ha servido como cielo falso.
Las imágenes borrosas son claras
ante el detallado estudio que hace,
cada una un latido intenso dispara
hasta hacerle ver el desenlace.
Primero el derecho por acto reflejo,
lo recorre una sensación inmediata,
ha de buscar de prisa un espejo
para verificar la ausencia, la falta.
Su única opción es ir a rastras,
aún se niega a aceptar la obviedad,
yace desconsolado y ahí descarta
que ya no es uno... sino su mitad.
(II)
Amor en pausa
Sobresalto, espasmo, susto,
antes de saber lo que le venía,
consecuencia del último disgusto
en la búsqueda de la alegría.
Duda, arrepentimiento, congoja,
forjados sentimientos sin base,
sus palabras en contra arroja
sin conocer el triste desenlace.
Ira, frustración, tristeza y llanto
de un lado en la conversación,
la otra parte asiente un tanto
y le concede a plenitud la razón.
Aceptación, sinceridad, empatía,
aflora la sensación de liviandad,
todo lo que de sus labios salía
no estuvo lejos de ser verdad.
Paz, sosiego, calma, tranquilidad,
el ambiente helado, se expande
y choca de frente con la realidad
de que hoy nada es como antes.
Sueños, deseos, besos, caricias,
la película completa en un instante,
respiración entrecortada, asfixia
de quien lleva la voz cantante.
Pasado, presente, futuro,
el tiempo les ha jugado en contra,
matices desvanecidos, todo oscuro
y sin luces, opción no existe otra.
Chao, adiós, hasta nunca;
¿es este el fin de nuestra causa?
El que besar quiere, la boca busca;
será mejor poner el amor en pausa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario