(I)
Adivina
"Luna..."
Ana Gabriel - Luna
Voy a darte, una por una, las pistas
podrás armar, poco a poco, la imagen
bien sea de un libro o de una revista.
Una,
sé de algo que te encanta:
la luna.
Dos,
sé de algo que te derrite:
mi voz.
Tres,
sé de algo que te atrae:
mi tez.
Cuatro,
sé de algo que te excita:
nuestro pacto.
Cinco,
sé de algo que te apasiona:
los chicos.
Seis,
sé de algo que te da nostalgia:
tus dieciséis.
Siete,
sé de algo que te entristece:
la muerte.
Ocho,
sé de algo que te hace ilusión:
tener morochos.
Nueve,
sé de algo que te recuerdas:
el 09/09.
Diez,
sé de algo que te estremece:
nuestra primera vez.
Ahora adivina...
dime quién fui, quién seré, quién es,
¡dímelo! Demuestra que eres adivina,
que todo lo sabes y que todo lo ves.
(II)
Inmune al amor
"—¡Yo te lo dije!"
Todos (alguna vez).
He visto, leído, escuchado y vivido
tantos episodios fallidos y exitosos
escritos según muchos por Cupido,
héroe sin capa, personaje famoso.
Hoy le haré mención curiosamente
sin ánimos de culparle, en vano,
yo lo defenderé vehementemente
ante los ojos de propios y extraños.
Me han dicho hace muy poco
que dicho personaje carece de tino
y que en su asunto se volvió loco
acertando sus flechas en cretinos.
Según un psicólogo conferencista
"a veces Cupido tiene mala puntería"
se suma su opinión a la larga lista
de equivocados en su teoría.
Intentó convencerme una chica
defendiendo a ciegas lo anterior,
antes que ciega le prefiero bizca
pero no errada en su apreciación.
He intentado debatir el tema
reduciendo su verdad a los hechos,
pues la elección yace en un sistema
de nuestra cabeza y no del pecho.
Que tales flechazos son señales
que logran confundir a la razón
nos hacen ver "tales para cuales"
acelerando los latidos del corazón.
Es una decisión 100 % personal
y no debería estar influenciada,
es algo muy serio y nada banal
como cualquier cuento de hadas.
Me ha insistido la susodicha
que "Cupido es quien se equivoca",
que es la causa de su desdicha,
de la suerte que hasta hoy le toca.
Que "Dios no le da cacho a burro"
reza un refrán que es muy cierto
y así concluyo cuando me aburro
en discusión sin final concierto.
Cupido en nada es culpable,
con sus flechas nunca se equivoca,
así que pido de él mal no se hable
no lo blasfemen por sus bocas.
Sigan fijándose en "cualquier cosa",
"ahorcándose en cualquier palo",
no olviden las espinas de las rosas
y que no siempre muere el malo.
"Cada cabeza es un mundo"
y si no se encarama... se estrella;
prefiero seguir siendo vagabundo
e inmune al amor, según ella.
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