(I)
Fantasía... realidad
Aún no me sumerjo en la lectura,
pero viajo al pasado por segundos
buscando en mis viejas escrituras
lo que percibía entonces del mundo
¿Qué he encontrado en esos viajes?
Confieso que de todo un poco:
cosas coherentes, cosas de locos,
frases de amor y de aprendizaje,
vídeos, música, imágenes, bagaje,
entre miles más que hoy reconozco
asustarían al mismísimo "Coco",
bien válidas para hacerme chantaje
o para obligarme a que trabaje
duro por mi melanina. ¡Madera toco!
Sé que todo eso es la fiel muestra,
para bien o para mal, de quién soy,
como tal debería hacer una fiesta
y celebrar que en este lugar estoy.
Quizás con eso me llene de alegría,
mejor, tal vez con eso suba mi ego
porque les aseguro que solo estaría
nadie vendría, a tal pena me apego.
No es asunto de soledad voluntaria
de autosuficiencia o de misantropía
es más bien la actitud necesaria
para ser mejor persona día a día.
Implementando la introspección,
la autoevaluación, reflexionando
a cada instante, en toda ocasión
y decisiones correctas ir tomando.
Pero sé que no soy moneda de oro
y jamás querré cambiar para ser así
ni parecido al que repite como loro
lo que todos los demás quieren oír.
Cuestión de actitud, temperamento
personalidad o por las experiencias
vividas teniendo en contra el viento
superando así las desavenencias.
Mas es hora de viajar en la fantasía
y abstraerme un chin de la realidad
encontraré leyendo libros la vía
a la paz interior, al saber, la claridad.
(II)
Y yo
Tengo una sonrisa inesperada,
está muy alegre mi boca,
otros me ven como si nada,
el resto piensa que estoy loca.
Pero qué le importa el "qué dirán"
a una mujer sensata como yo
que solo le basta con soñar
para viajar más lejos que Colón.
Este cuadro que mi rostro dibuja
es producto de un bonito recuerdo
que me ha traído una burbuja
voladora desde el lapislázuli cielo.
Si la memoria no me falla
hace menos de un par de meses
desde que un desconocido encalla
cual marinero en mi puerto a veces.
Nunca está solo, siempre trae algo,
un as bajo la manga, una sorpresa,
de mis artificios entonces me valgo
para hacerle saber sus proezas.
Y deja huella por segundos, días,
hasta que se pierde entre cuadros,
imágenes y personajes de alegoría
que me llevan a siempre esperarlo.
Desdén, impaciencia, ansiedad
he de controlar con templanza
porque sobriamente, a esta edad,
debo mantener viva mi esperanza.
Con la certeza de su pronto arribo
fotos, imágenes y personajes
vuelven a pasar mientras escribo
soñando en otro de mis viajes.
Y aparece fugazmente de la nada
con una carga enorme de placer
para mi deleite, cuento de hadas,
inundando de alegría todo mi ser.
Renace aquella misma sonrisa,
hace alarde su arte en mi regocijo,
me tomo mi tiempo y sin prisa
cuidadosamente mis palabras elijo.
Le escribo describiendo a viva voz
el delirante mundo al que me lleva,
ese donde somos solo dos
él mi Adán y yo... su Eva.
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