3/14/2017

Nuevas publicaciones 14/03/2017 (I) "Tretas" y (II) "Sé qué"


(I)


Tretas


«Tuyo es mi corazón...»
Nat King Cole - Tuyo es mi corazón


A su merced estoy,
me tiene totalmente enamorado,
la noción pierdo, no sé quién soy
cuando ella se me posa al lado.

Ella lo sabe y toma ventaja
de mí cuantas veces así lo quiere;
vivo encerrado en una caja,
no tengo ojos para otras mujeres.

Lo que me pide le entrego,
para ella no existen las negativas,
al sueño de hacerla mía me apego,
es mi droga, mi cannabis sativa.

No quiero escuchar los consejos
de mis familiares ni de mis amigos,
dicen que soy tremendo pendejo,
que jamás ella estará conmigo.

—Un buen día te sorprenderás,
te darás cuenta de lo que decimos
y entonces nos confesarás
que la razón siempre tuvimos.

—Espero no tener que tragarme
cada una de mis palabras,
pero eso de subestimarme
es de locos, y para loco una cabra.

Quién se iba a imaginar
que siempre estuvieron equivocados,
que con ella me iba a casar,
que estaríamos muy enamorados.

Ahora aquí entre nosotros confieso
que fue, de la vida, una de sus tretas,
de aquel destino, salí más que ileso
y con un sí ante Dios como respuesta. 




(II)


Sé qué


«A mí me han dado
otra oportunidad»
Jimmy Bosch - Otra oportunidad


Mírate, qué belleza has alcanzado.
¡Dios! Es imposible no mirarte.
Aunque mucho tiempo ha pasado
nunca, nunca dejé de pensarte.

Te extrañé, cada día, cada noche;
cada vez que a familias veía reír
me repetía a mí mismo: "¡fantoche!
Cómo perderte me pude permitir".

Recordaba cuando llegaste, crecías,
crecías y crecías cada día sin parar,
eras creadora de sueños, fantasías,
futura reina con trono hasta el altar.

Naciste y nunca había sido tan feliz,
tus manitos, tus piecitos, tu carita, 
tu inocencia, tu aura, ¡qué matiz!
Por Dios y la Virgen serías bendita.

Pero no tuve la fortuna de ser
el mejor esposo del universo,
indigno fui de tu mami como mujer
con ella fui egoísta, cruel, perverso.

Entre malas decisiones y mujeres
las perdí a ustedes, mis amadas;
«quien a hierro mata a hierro muere»
y yo casi morí, quedé solo, sin nada.

Pero un día como cualquier otro
la suerte de nuevo tocó a mi puerta,
aunque no fue esa de ganar la loto
ni haber hecho la correcta apuesta.

Las vueltas que da la vida, 
las casualidades del destino,
después de enderezarme en la vía
volviste a aparecer en mi camino.

Toda una mujer, hecha y derecha,
de tu madre imagen y semejanza,
en tu proceder recta como flecha,
digna de todo elogio y alabanza.

Supe casi todo de ti, lo que hacías,
donde vivías y tus pasatiempos,
pero a acercarme a ti no me decidía
siempre me frenaba en el intento.

El sentimiento de culpa anulaba
todo impulso e intención de volver
y hablarte a ti dueña de mi alma,
ama y señora de todo mi ser.

Muchas veces tuve las ganas
pero de tantas en ninguna el coraje,
solo hasta ayer que vi mis canas
y decidí darle al timón el viraje.

Sé qué debí haber hecho antes.
Hija hermosa, heme hoy aquí,
que me perdones vine a implorarte
déjame ser el padre que nunca fui.



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