11/07/2017

Nuevas publicaciones 07/11/2017 (I) "En ataraxia" y (II) "Aurora"


(I)


"En ataraxia"


"... mi despertar,
mi anochecer, mi hoy
y mi mañana tú". 
Camilo Sesto - Mi mundo tú


En ti me encuentro,
en ti me pierdo,
contigo mis momentos,
contigo mis recuerdos.

En ti más claridad,
en ti más entendimiento,
contigo la felicidad,
contigo el renacimiento.

En ti está lo seguro,
en ti está lo que quiero,
contigo no hay muros,
contigo no hay desespero.

En ti cada día,
en ti cada experiencia,
contigo muere la melancolía, 
contigo muere la impaciencia.

Tú calmas mis ansias,
es el único fin que persigo,
mi paz, todo en ataraxia...
en ti y contigo.




(II)


"Aurora"


"... hiciste que mi vida fuera intensa".
Jerry Rivera - Como un milagro


No era el sitio
tampoco el momento,
pero un papel escrito
dictó la pauta del encuentro.

"Un error lo comete cualquiera",
pero nunca en mi beneficio
y después de la larga espera
—¡Tome asiento! —dice el servicio.

Ya dispuesto en la mesa
di por cierta mi reservación,
más que un acto de certeza
era una jugada con anticipación.

Ordenar nunca ha sido mi fuerte,
siempre preferí ceder la batuta
a cualquiera que estuviese al frente
y seguir a ciegas en culinaria ruta.

Por eso decidí esperar
a que llegase mi invitada,
esa es la parte mala de estar
antes de la hora acordada.

Cada dos minutos un sorbo
al compás del solitario piano
acompañado por el morbo
de pensar que he venido en vano.

La entrada en punto ciego
para evitar me gane la ansiedad
y a mi trago entrego
entera mi suerte y mi voluntad.

Media hora presiento
tomó el servicio de turno
en acercarse y ofrecer asiento
a mi acompañante nocturno.

No la conozco, de nombre ni cara,
pero vaya si lo quisiera
para bajar de altura la vara
con la que ella a mí me midiera.

Se tocaron nuestras manos 
en la tradicional presentación
que hacemos los seres humanos
y repetimos sin la menor atención.

No hubo apellidos ni nombres
pero sí infinidad de interrogantes
entre una mujer y un hombre
destinados a ser solo hoy amantes.

El tiempo fue clemente al ceder
en el paso lento de sus horas
y justo, con el amanecer
me dice sin reparo: —Soy Aurora.



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