(I)
Títulos (para ti)
"Los mirones son de palo"
Cultura popular
Con razón sobras,
de hecho, tú y tus faltas;
tajante el destino te cobra
si estás en baja y no en altas.
Por la memoria corta,
por el mínimo desinterés
a lo que de verdad importa
cuando elegiste mande la idiotez.
¿A qué precio pagaste?
¿Cuánto valor has quitado?
No tanto, supongo calculaste
la depreciación del malogrado.
Si me lo preguntas
bien puedo responder
y afrontar todas las justas
a las que me quieras someter.
Que mi peso o mi estatura
no engañen a tu vil conciencia,
prometo estar siempre a la altura
del reto, pelea, lucha, competencia.
Sé qué tretas usarás
para intentar que trastabille
pero como bien lo recordarás
no hay estrella viva que no brille.
En tu terreno o en el mío,
con dientes, manos y pies,
me defenderé sin ser impío
y calmado ignoraré tu altivez.
Quizás tú me derrotes,
puede que salgas vencedor,
pero antes de subirte al bote,
consejo: apuesta por mí a ganador.
(II)
Los cuarenta
"Permítame descubrir
qué hay detrás de esos hilos de plata"
Ricardo Arjona - Señora de las cuatro décadas
Acendrado sentimiento
en evidenciado ademán
a la luz del alba y por dentro
colorado como arrebol sin mar.
Ataraxia infinita desde la aurora,
suma de bonhomía y compasión,
desenlace en efervescencia, otrora
latidos efímeros del corazón.
Entelequia versus Epifanía
en una época sin esperanza,
etérea, inconmensurable, ansía
inefable amor infinito a ultranza.
Iridiscencia en el lapislázuli cielo
le dibuja alas de libélula a su sentir
su limerencia clara, sin celos,
luminiscencia de en melancolía vivir.
Melifluo suspiro, genuino, mondo,
nefelibata en su nostalgia lo piensa:
—Ojalá pasase al olvido hondo
ese ósculo oscilante en mi cabeza.
Perenne recuerdo en el petricor,
resiliencia al sempiterno tormento,
serendipia de un nuevo amor,
abraza a su soledad como instrumento.
Sonámbulo el tiempo le da cuenta
de lo superfluo, lo banal,
le ha despertado a los cuarenta
las ganas de volver años atrás.
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