Libres
«Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, (...)» Simón Bolívar
El rey de la selva un día
apareció sin su corona natural
causando la algarabía
entre los animales del lugar.
Unos lo reconocieron a la primera,
otros a la segunda vista
y desde aquella primavera
son fieles seguidores a su pista.
Con el sol de las mañanas
siguieron sus huellas, sus pasos,
desde el toque de la diana
hasta finalizar el ocaso.
Pasado el tiempo, el noble animal
se ha percatado de su puesto,
reflexionó y vio que estaba mal
el camino que se había impuesto.
Le ha dicho a sus acompañantes
que el destino se mantiene en pie
pero que es muy importante
tomar una nueva ruta con fe.
Apresuró el paso, y en la prisa,
pocos pudieron tomarle el ritmo
y la fuerza en contra de la brisa
sumió a otros más en pesimismo.
Y al volverse a ver a sus pares
se da cuenta que no está solo
pasando los malestares
de haber cruzado de polo a polo.
Al final, un discurso corto y sincero
dirige a los supervivientes:
—De ustedes nada más espero
que hayan liberado sus mentes
de principios esclavistas
dictados por obtusa gente
que "alguien" tildó de artistas
y que, al creerse influyentes,
recitaron patrones de conducta
a cuerpos sin vida, inertes,
sin aplicarles la fuerza bruta
terminaron por ser suplentes
y no protagonistas de sus vidas
hasta que utilizaron sus dientes
para morder y romper las cadenas
unidas a los grilletes
que los sometían a vivir en pena.
¡FUERON LIBRES, SON LIBRES, SEAN LIBRES!
El frío los volvió humanos,
erguidos todos se han levantado
a darle santa sepultura al hermano
que al paraíso los ha guiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario