4/01/2015

Nueva publicación 31/03/2015 "Manos"



"Manos"


Manos hay miles, pero ninguna se atreve a lavar la otra, ni mucho menos a juntarse para enjugar las lágrimas en un rostro ajeno. Y eso que ellos mismos alguna vez han elevado su súplica al máximo mandamiento de "amar al prójimo como a ti mismo".

Con desdén, el hombre ha marginado la buena voluntad y la sana palabra de aliento por el interés, la conveniencia y el apego a lo material. No existe un aura de bondad en alguien, sino en el infante que llora por lo desconocido. 

Vaya mundo, vaya futuro, vaya presente,
vaya vida, vaya muerte,
si no lo llora solitario quien no lo siente
qué esperas del que con actos miente. 

¿Cuándo uno entenderá que es mejor estar solo que mal acompañado?



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