1/28/2014

Nueva publicación 28/01/2014 "Por el uno... por el otro"

"Por el uno... por el otro"


Pensaba ella: "Si tan solo él pudiera ver más allá de las cinco vocales, estoy segura de que armaría infinidad de frases que, de decírmelas, me llevarían en un santiamén hasta su lecho".


Pensaba él: "Ella es inteligente, atenta, responsable, dedicada con todo y con todos, menos conmigo, al menos eso parece; porque a pesar de su trato hacia mí, hallo en sus ojos un dejo de pasión que, de no ser por su esquiva mirada, me obligaría sin chistar a decirle cuánto la quiero conmigo".

Más o menos palabras, pensadas por el uno... pensadas por el otro. Ideas de amor sepultadas por la duda, por la cobardía. Incontables instantes perfectos lanzados al abandono, al umbral de los arrepentimientos, desubicados en tiempo, espacio y persona.

Saber que no se sabe, pensar que no te piensan, dudar de lo indudable, no creer en lo increíble. 

En tanto ellos van de las ideas, muchos van de la mano; mientras los dos guardan distancias de cuerpos, otros guardan secretos de piel; cuando son sólo dos que no son nada, el resto ya son uno y lo son todo.

Altísimo peldaño... el primero de la escalera que usa el pintor de brocha gorda para poner su inicial trazo en el mural de los lamentos de temerosos incrédulos ante el milagro del silencioso y ciego amor correspondido entre mortales que habitan un mundo urgido de más uniones por sentimientos reales que por razones efímeras de conveniencia frente al latir de corazones felices por una sola idea, una sola línea, pensada por el uno... pensada por el otro.




P.D.: Y después del vals: ¡Brindemos! "Por el uno... y por el otro".

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