10/22/2013

Nueva publicación 22/10/2013 "Esa única sencilla frase"


"Esa única sencilla frase"

Desnuda su verdad sumisa ante el pasado
suspirando por un pecado carente de razón,
confiada en ideas falsas reposa su acción
frente al candidato que esperanzas le ha dado.

Sin chistar, establece parámetros ecuánimes
descuidando las pasadas sesiones de conversas,
tertulias y coloquios sentados en las mesas
en los que demostró sus virtudes pusilánimes.

Bosquejo de un río de palabras hermosas y nuevas
maquilladas con rocío de ignorancia escueta
olvidando la edad adulta que su cara manifiesta,
mientras mi rostro una sonrisa olvidada renueva.

Entonces dibujo paisajes alegres y soleados
esperanzado por el sencillo hábito de la fe,
pero muy en el fondo de mi corazón sé
que es la crónica de un desastre ya anunciado.

Golpe de ariete a mi imaginación galopante,
cual centella, irrumpe mi felicidad aparente,
fugaz, genial, brillante, inhóspito, silente,
catastrófico desenlace no creo que aguante. 

Virtualmente ha dado el paso y saltó a babor
sin vendas en los ojos ni espadas en su espalda,
con semejante declaración mi emoción se calda,
no puedo sentir menos que un gran dolor.

Pero "a lo hecho pecho" y sin dar vueltas
debemos ir al punto en concreto y resolverlo
después de todo entre nos ya no hay misterios,
no quiero tenerla parada tocando a mi puerta.

Hablar en persona, cara a cara, frente a frente,
es el idóneo cortejo para la cita venidera
obviamente este episodio no quisiera
recordarlo ni por un segundo en mi mente.

Y finalmente aquí reunidos en el lugar
en donde tuvimos un inicio casi genial
hoy separados por una distancia abismal
le daré fin a ese "algo" que solíamos llamar.

Argumentos que para nada insisto en refutar 
golpean a diestra y siniestra a mis atónitos oídos,
son palabras, son gritos, son zumbidos,
sentencias que jamás ella pensó pronunciar.

Sin ánimos de generar roces o fricciones
pido la palabra con respeto ante su mirada,
esa que una vez dijo todo y ahora dice nada,
asombrado con sus nuevas exposiciones. 

Sólo pude pronunciar esa única sencilla frase
evitando una triste imagen al cerrar esta historia 
traigo a colación el mejor instante de mi memoria
de los dos en soledad: "adiós, que bien descanses".





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