"El viento y las 4 lunas"
Ella me dio palabras
y yo las hice poema,
en un simple "abracadabra",
inspirado, cultivé un tema.
Y yo le pedí que guardara
sus sonrisas por las noches
para que me las regalara
durante el día en derroche.
Viene la "Historia" relatada
en un lenguaje sencillo,
me gustaría verla ilustrada
y disfrutada por niños.
Aunque tiene contenido adulto
con las cosas que ellos hacen
ojalá que sí haga bulto
cuando los años de ella pasen.
"Historia"
Se montaron en un coche
el viento y las cuatro lunas,
un tanto ebrios por el derroche
en tragos de su fortuna.
Tal era la borrachera
que empezaron a discutir
a quién le correspondiera
la puerta abrir al salir.
Iba la "Llena" en la ventana
izquierda, porque era zurda,
vestida como una rana,
disfrazada la muy absurda.
Le seguía la "Menguante",
toda frívola y coqueta,
cubierta como un guante
de pie a cabeza completa.
A su lado la "Creciente",
mostrando su anatomía
con ropaje transparente,
la mejor figura tenía.
Y en la derecha la "Nueva"
con nariz respingada,
altiva sobre mar de leva,
por las otras envidiada.
Toma batuta en la conversa
con mucha ansia la "Llena":
"- ¡Será la "Nueva" que ejerza
la tarea que nos consterna!"
"- Abrir la puerta no quiero
mis uñas serán dañadas,
yo las cuido con esmero
pues son mis joyas más preciadas".
Sin dar tregua al tiempo
"Menguante" hace su entrada:
"- Señores, yo lo lamento,
pero esto es una pendejada".
Dice "Creciente" en voz suave:
"- ¡Se callan todas ya la jeta!
La mejor solución que cabe
Es que el chofer abra la puerta".
En silencio y en calma
llegaron a su destino,
se bajaron cuatro damas
al final de su camino.
Siguió el coche en la vía
y el "Viento", quinto pasajero,
con el chofer mucho reía
pues ya viajaban ligero.
y yo las hice poema,
en un simple "abracadabra",
inspirado, cultivé un tema.
Y yo le pedí que guardara
sus sonrisas por las noches
para que me las regalara
durante el día en derroche.
Viene la "Historia" relatada
en un lenguaje sencillo,
me gustaría verla ilustrada
y disfrutada por niños.
Aunque tiene contenido adulto
con las cosas que ellos hacen
ojalá que sí haga bulto
cuando los años de ella pasen.
"Historia"
Se montaron en un coche
el viento y las cuatro lunas,
un tanto ebrios por el derroche
en tragos de su fortuna.
Tal era la borrachera
que empezaron a discutir
a quién le correspondiera
la puerta abrir al salir.
Iba la "Llena" en la ventana
izquierda, porque era zurda,
vestida como una rana,
disfrazada la muy absurda.
Le seguía la "Menguante",
toda frívola y coqueta,
cubierta como un guante
de pie a cabeza completa.
A su lado la "Creciente",
mostrando su anatomía
con ropaje transparente,
la mejor figura tenía.
Y en la derecha la "Nueva"
con nariz respingada,
altiva sobre mar de leva,
por las otras envidiada.
Toma batuta en la conversa
con mucha ansia la "Llena":
"- ¡Será la "Nueva" que ejerza
la tarea que nos consterna!"
"- Abrir la puerta no quiero
mis uñas serán dañadas,
yo las cuido con esmero
pues son mis joyas más preciadas".
Sin dar tregua al tiempo
"Menguante" hace su entrada:
"- Señores, yo lo lamento,
pero esto es una pendejada".
Dice "Creciente" en voz suave:
"- ¡Se callan todas ya la jeta!
La mejor solución que cabe
Es que el chofer abra la puerta".
En silencio y en calma
llegaron a su destino,
se bajaron cuatro damas
al final de su camino.
Siguió el coche en la vía
y el "Viento", quinto pasajero,
con el chofer mucho reía
pues ya viajaban ligero.
Las moralejas de esta historia,
son sencillas y siempre aplican,
guárdalas en tu memoria
por si algo te mortifica.
1.- Siempre sé como el viento
pasa liviano, silencioso,
dejando a otro el tormento
de un hecho bochornoso.
2.- En espacios confinados
y con gente alrededor,
procura estar ubicado
donde no perciban tu hedor.
3.- Tres son multitud,
cuatro ya es un caos,
avanza con lentitud
si los otros son delicados.
4.- Nunca hagas silencio
si tú tienes el remedio,
es peor pecar por necio
que seguir pasando tedio.
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