10/03/2017

Nuevas publicaciones 03/10/2017 (I) "Esperanza" y (II) "Amor etéreo"


(I)


Esperanza


"Tú ganaste, yo perdí..."
Cultura popular


Yo les creí, todo a todos,
siempre que fueran cosas buenas,
todo eso que era pulcro, sin lodos,
así siempre fue la mejor manera.

Era algo inevitable, innato,
siempre vi empatía y bondad
en cada uno de los actos
que hacían con espontaneidad.

En todo momento reía,
me llenaba de gozo el resultado,
mientras a otros llevaban alegría
más me sentía realizado.

Ese granito de arena
al que muchos hacían alusión
yo lo veía en cada escena
que les salía de su corazón.

Dar sin recibir a cambio
era la premisa del día a día,
actuando con criterio amplio
al mismo compás de la melodía.

Y si la nota gris alguno tocaba
nada tardé en abordarle, y presto
con dulces palabras lograba
sumarlo al rítmico coro del resto.

A pesar de esas cosas siempre creí
y nunca dejaré de creer a ultranza
porque entre todo lo malo que vi
siempre hallé la luz de la esperanza.




(II)


Amor etéreo


"Toma y Dame se fueron al río;
se ahogó Toma... ¿quién quedó?"
Cultura popular


¡Simplemente las ganas!
Ganas de querer, de estar, de ser.
Solo eso bastaba para hacerme ver
que sin mí la vida te resulta vana.

Si el día tiene 24 horas
y cada hora consta de 60 minutos,
¿qué tanto son 60 segundos putos
para enviar en un SMS un "¡Hola!"?

Con esa simple resolución
mis días estarían más que hechos,
todo caminaría bien, recto, derecho
y sin ningún tipo de complicación.

¿Es acaso mucho pedir
un simple saludo entre tu alboroto
para no sentirme como un coroto
que solo está para un rol fingir?

Mejor pongamos en perspectiva
las cosas para estar más claros
y no nos vaya a resultar más caro
el fondo de esta nuestra disyuntiva.

Explícate o hazte entender
usando manzanas y peras
porque ya me desespera
esto que apenas llego a entrever.

Solo quiero dejar por sentado,
antes de expresarte con claridad,
que en esta última oportunidad 
unas alarmas he escuchado.

Tal advertencia hizo a mis sentidos
despertar y con agudeza afinarse;
no dejaré que más tiempo pase
y entonces seamos caso perdido.

Pero de igual manera
aclaro que estoy preparado
y avizoro todos los resultados
en esta tortuosa espera.

Ni la paz que hay en un cementerio,
mucho menos la de iglesia en misa,
será como la de esa tersa brisa
que se lleve a nuestro amor etéreo.



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