Lienzo
«Y nos amamos como nos amamos...»
David Pabón - Y nos amamos
Cruzamos la línea gruesa
que separa mi respeto y sus ganas
pues soy primo, por ley expresa,
de su política hermana.
Sin rodeos ni estupor
al grano voy bajo la mesa,
noto en su rostro el rubor,
cosas de la naturaleza.
Solo mi mano en su pierna,
calentura de colegiala,
adolescente, qué tierna,
de santa a chica mala.
Es la canción de la orquesta
que los ánimos alborota,
la alegría sube la cuesta
y de sus sillas todos rebotan.
Grupos y parejas se forman,
nadie queda solo ni sentado,
de las manos y cinturas se toman,
al clímax la celebración ha llegado.
El ambiente de la fiesta
nos envuelve como bruma,
cómplice accionar presenta
oportunidad como esta... ¡una!
Desaparecemos en la magia
de un instante ante las miradas
que no sentirán nostalgia
de dos en plena escapada.
Un pasillo le hace gala
a nuestro desfile conjunto
y lo cruzamos como bala
que ha acertado en el punto.
Una habitación conocida
para ambos en los buenos tiempos
testigo infinito de vida
de inolvidables encuentros.
Luz apagada y silencio
son nuestros acompañantes,
esta oportunidad sentencio
que será como nunca antes.
Un abrazo, un beso, un suspiro,
estricto orden en la secuencia,
por cada profundo respiro
que nos arrebata la conciencia.
El todo y cada parte
distingo en la oscuridad
aunque tocar sea un arte
empírico atado a la claridad.
Inmensa la cama nos queda
mientras el abrazo nos dura,
su piel suave como seda
se amolda a la mía sin costuras.
Lienzo ahora desprovisto
de ropas que con lentitud quito
ha quedado para mí listo,
iremos de la nada al infinito.
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