"Por ti, de ti, para ti"
Escribo por ti.
Una causa, un efecto... Por ti aprendí a escribir; aprendí a llevar un simple lápiz como "el útil" más preciado; haciéndome, desde mis inicios, capaz de plasmar en hojas recicladas, paredes, papeles importantes y blocs de dibujos los garabatos que cualquier niño de dos años pudiera hacer con un creyón de cera o con el archiconocido "Prismacolor". Hoy, veo y leo los frutos de mis innumerables errores y aciertos al dibujar y al escribir. ¿Cuántas veces pintamos y soñamos juntos el pasado, el presente y el futuro?
Escribo de ti.
Un modelo a seguir... Por ti me hice inteligente, mucho más de lo que alguien pudo pensar, y vaya que entre ellos estás tú. Veía esa escena de "ensayo y error" a distancia, como un tercero espectador, pero también lo viví en carne propia, no era agradable tener que lidiar con semejante presión. Eres la primera persona a la que admiré en mi vida. Para ese entonces pensaba, mientras armaba abstraído mi soliloquio: "no es necesario". Pero de algo sirvió, ¡de mucho! Aquí estoy, recordando el
pasado, viviendo el presente y aún pensando en el futuro.
Escribo para ti.
Un hola y un adiós... Por ti me costó entender el concepto de soledad porque tuve el privilegio de nacer, estar y ser siempre tu compañía. Desde ese 9 de septiembre del año "no recuerdo", compartimos desde la bañera hasta la voz. Hasta que crecimos y nos hicimos hombres, no a la par, no juntos, no iguales, no perfectos; vivimos lo mismo pero con puntos de vista diametralmente opuestos en muchas e infinitesimalmente coincidente en pocas. Decisiones que han hecho un margen en esa hoja que juntos rayamos en el pasado, que podemos borrar juntos en el presente y que debemos escribir muy bien en el futuro.
Ayer un hola, hoy un adiós,
no querido, no esperado,
no pretendido por este lado
que nos divide a uno en dos.
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