(I)
“Prima Ballerina”
Solo tenía una cosa bien clara antes de llegar.
Estaba enfocada en alma, cuerpo y mente.
Aceleró su descenso del carro justo al arribar
y saludó gustosa a cada una de los presentes.
No era su primera vez en este atípico lugar,
de hecho, lo visitaba muy frecuentemente,
mas su radiante presencia evitaba hacer notar
escabulléndose siempre de espaldas a la gente.
Pocos sabían cómo realmente se hacía llamar
y muchos menos la conocían personalmente.
Era un enigma del que todos querían hablar,
pero nadie se atrevía a hacerlo frontalmente.
Para unos era un mito, una historia que narrar,
un personaje misterioso, una leyenda viviente,
un cuento con detalles que se habría de contar,
una película sin secuela con un único intérprete.
Su fama fue concebida después de tanto andar
en caminos turbios y por mostrarse irreverente.
Por igual hombres y mujeres la querían probar,
pero no tenían el dinero necesario y suficiente.
Su presencia en el escenario se hacía esperar
con la música de fondo que prendía el ambiente
y cuando el animador le alcanzaba a anunciar
la audiencia se acercaba completa al frente.
Una noche más de bailar y bailar,
otra jornada en la que no se divierte,
una vez más, mucha plata por ganar
hasta que un día ella lance los billetes.
(II)
“El principio y el fin”
No puedo estar más orgulloso de lo que hago.
Estoy ejecutando mi trabajo a la perfección.
Quedan atrás los tiempos del conformista, vago
que no sabía qué hacer y precisaba orientación.
Abrí los ojos tarde, o a tiempo, un buen día
en que nada era como debería ser o pasar
y en un instante la más maravillosa epifanía
se mostró ante mí y mi vida empezó a cambiar.
Ya no habían mensajes ocultos e indescifrables,
todo se iluminó con luces resplandecientes,
la magia presente en cada detalle era palpable,
pasé los límites de un humano común y corriente.
Escuché, leí y vi con cada uno de mis sentidos,
experimenté el poder natural de la creencia,
entendí el porqué de todo lo acontecido
y hasta cuestioné los alcances de toda ciencia.
Ahí entré en conjunción con el Universo,
con el infinito etéreo y con el todo terrenal,
incluso visité las dimensiones de lo perverso
y supe todas mis energías al fin canalizar.
Me convertí en lo que siempre debí ser,
en una creación perfecta repleta de gozo.
El principio y el fin encontré
en la palabra de mi Dios, El Todopoderoso.
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