(I)
¡Y punto!
Yo no le veo el problema
y quizás sea así porque no me afecta,
igual la gente atención no presta
si les aconsejas con respecto al tema.
Creo que ha sido parte del proceso
de sufrir reiteradas decepciones
de personas que con inmerecidas razones
abusaron de mi cariño profeso.
Sé que no es fácil el momento,
pero por ti haré una última excepción,
iré en contra de los argumentos
que causaron mi última decepción.
Te concederé la razón,
para no entrar contigo en dilemas,
más espero que prestes atención
y así puedas, a futuro, romper esquemas.
Estoy seguro de que lo harás,
me lo has demostrado hasta con hechos,
pues es la hora de despertar
y descartar esa convicción, sin piso ni techo.
NO TE DESVIVAS POR LA GENTE.
NO SON DE TU INTERÉS SUS ASUNTOS.
NO PERMITAS QUE SUS COSAS TE DESCONCIERTEN.
QUE ELLOS RESUELVAN SU PEO, ¡Y PUNTO!
(II)
Carne con papas
Sabes de lo que te hablo.
No tengo que darte pistas.
No son cosas de ángel ni de diablo,
y todos, sin excepción, lo tenemos en lista.
Seguramente habrás sonreído
así como lo hice yo.
Ese chistecito implícito, escondido,
que es bien sabido por los dos.
Lo hemos hablado someramente,
con indirectas y muy directas,
bien lejos de la gente
y en la espera de tenernos cerca.
Elaboraremos el suculento platillo
como dos chef de alta cocina
y lo degustaremos de modo sencillo
con las ventanas abiertas y cerradas las cortinas.
Y seguramente repetiremos,
pues cocinaremos en abundancia.
Sin boletos, en primera clase volaremos,
ida y venida, desde Singapur hasta Francia.