(I)
Mujer Maravilla
Sensaciones de enamorados de cuentos,
de muchas películas y hasta de canciones,
que evocaré en este único momento
a razón de nuestras múltiples conversaciones.
No sé si alguna vez sentiste las mariposas
revoloteando en tu delgada panza
cuando veías mi carro frente a las rosas
desde la puerta de la que fue tu casa.
Desconozco si te emocionaba
saber que por fin había llegado,
que mi estadía te garantizaba
un par de meses cerca, pero al lado.
Tampoco supe si existía entonces
algo o alguien más importante en tu vida,
pues éramos jóvenes, un tanto precoces,
para lanzarnos al vacío sin paracaídas.
Lo que sí puedo asegurarte hoy día
es que yo tuve el grandísimo honor
de ser el caballero que con hidalguía
siempre defendió y respetó tu pudor.
Y a pesar de que el tiempo y la distancia
siempre nos jugaron el papel de villanos
pudimos resolver con sobrada prestancia
superarlos y juntar nuestras manos.
Pero no era, ni fue, ni es “el farolito”
el que nos alumbra hoy en nuestros roles,
tú la Mujer Maravilla que marcó en mí un hito
y yo el héroe que te libró de tus temores.
(II)
Falta poco
La variable independiente domina
todos los escenarios posibles,
el resto de ellas se combinan
para obtener el resultado tangible.
Nadie las llama,
por sí solas aparecen,
la paciencia no acaba
y las expectativas crecen y crecen.
La espera se hace eterna,
para mí, la primera persona,
se ve que me tiemblan las piernas,
pero ninguno de los terceros reacciona.
Y sigue el círculo, pero no vicioso,
de actos inesperados en contra,
pasa el tiempo y yo, juicioso,
no le quito a mi herida la costra.
«Sana, sana, colita de rana»,
repetidamente vocifero en mi fuero interno,
«si no sana hoy, sanará mañana»,
mientras esquivo los dardos sempiternos.
El camino es largo y hasta tendido,
“culebrero”, zigzagueante, agotador;
vista al frente, cabeza en alto, cuerpo erguido,
ritmo firme y sin reparo, a paso de ganador.
Mientras, mantengo la idea, el motivo, la razón,
la confianza, la fe, la esperanza,
la certeza, la seguridad, la convicción
de que falta poco para llegar a mi casa.