El peor ciego
«Esa pared
que no me deja verte
debe caer
por obras del amor» Leo Dan - Esa pared
Cuanto más me veo
más te alejo de mí,
por mi desmedido ego
olvido que estás aquí.
Me sumerjo en mi mundo,
nado solo, mirando al frente
a medida que te hundo
junto con la otra gente.
Y al salir, de nuevo solo, exploro
desolado el triste paisaje,
pues de mí he traído todo
menos a ti en mi equipaje.
Tengo claro que no me perteneces
pero sé que a mí te has entregado
de pie a cabeza y con creces
tus actos me lo han demostrado.
Desde tus detalles y tus gestos
hasta las atenciones a mis quehaceres,
tu saludo en mensajes de texto
sin importar el descuido a tus deberes.
Ocuparte de mis tres comidas,
de cómo luzco ante los demás,
de mis sueños dulces y pesadillas
y de cómo estoy al despertar.
De saber de mi familia y allegados,
de mi salud física y de mi trabajo,
ayudarme cuando ando complicado
y apoyarme en lo que no me fajo.
Buscas y creas mi buena suerte,
alejas de mí tentaciones y peligros,
me aconsejas, me consientes
y la paz en ti siempre consigo.
Detrás de un buen hombre
una gran mujer se encuentra;
tendrá que gritar tu nombre
quien te saque a la palestra.
Aunque sé que te merezco
digno de ti no soy enteramente
porque del todo a ti no me ofrezco
como desean otros seguramente.
Quizás sea tarde para enmendar
todas mis faltas, mis errores,
solo anhelo me puedas entregar
tu benevolencia y me perdones.
El peor ciego es el que no quiere
ver lo que tiene justo en frente
y que no sabe lo que se pierde
al no usar el corazón sino la mente.
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