“Cumulonimbus”
Extraje de mi básico léxico palabras correctas
para crear un poema escueto, sucinto, sencillo.
No es una creación divina ni una obra maestra,
mas sé que resaltará entre otros por su brillo.
No por su forma sino por su fondo, su mensaje,
una alegoría a la perfección de la geometría,
terapéutica, calmante, relajante, cual masaje
que libera tensiones e induce a la mejoría.
Este poema, sin bengalas, flashes ni destellos,
recrea la belleza de lo intangible al ser humano,
de lo frágil del fuerte, de la nobleza del plebeyo,
la majestad de uñas pintadas en féminas manos.
Y no pretendo aquí hacer gala de lo que admiro,
mucho menos de lo que anhelo o lo que deseo,
expreso en letras lo que pienso mientras suspiro
al postrarse frente a mí lo que con mis ojos veo.
Cúmulo de cualidades únicas, incomparables;
difícil de hallar, costoso si se ha de comprar
y para quien de otro lo recibe… ¡irreemplazable!
Nada como lo que nace al natural, sin forzar.